El pasado 18 de noviembre, desde En Madrid, cada plato es un paisaje, realizamos una ruta agroturística a la huerta agroecológica Más Que Tierra, un proyecto de Jorge y Sergio ubicado en Titulcia, en la Vega del Tajuña.
Empezamos la visita a la entrada de Titulcia donde Jorge nos puso un poco en situación contándonos no solo algunas características de la zona donde nos encontrábamos, como por ejemplo que estamos en el Parque Regional del Sureste, sino también sobre su huerta, una de las pocas que quedan en esta vega en la que en la actualidad predominan los cultivos de ajos y cereales.
Como bien nos contó Sergio, tanto él como Jorge son agricultores e ingenieros con experiencia en producción ecológica, por eso hace dos años nace el proyecto Más Que Tierra con un objetivo claro: producir alimentos de manera agroecológica respetando el entorno. Por ello han iniciado el proceso para ser certificados por el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad de Madrid (CAEM).
Ya en la huerta, tras recorrer un pequeño camino, nos dieron la bienvenida las verduras y hortalizas de otoño. Lombardas, acelgas rojas, lechugas romanas o acelgas de Fuenlabrada cubren buena parte de la hectárea que ocupa la huerta, no solo en las calles donde han sido plantadas, también entre los espacios entre ellas. Jorge explicó que esto no es por azar, la cobertura vegetal evita la pérdida de tierra y nutrientes al tiempo que protege de las temperaturas extremas. Parte de esta cobertura además son acelgas, crecidas de los restos de la temporada anterior, ya que para devolver nutrientes a la tierra entierran las matas una vez acabada la temporada –siempre que no se haya sufrido alguna plaga– y los cambios de temperatura y las fuertes lluvias han hecho que estas brotarán de nuevo.
Tampoco es al azar la disposición de los cultivos, con el fin de ahuyentar plagas, facilitar la disponibilidad de algún nutriente o atraer polinizadores utilizan la asociación de cultivos. Con ello además aumentan la productividad, ya que buscan asociar dos cultivos: uno que crezca “hacia arriba” y otro que crezca “hacia abajo”, así no compiten por espacio ni por los recursos y se ayudan el uno al otro.
Avanzamos hasta los invernaderos que les permiten alargar las temporadas o adelantarlas pudiendo así ofrecer una mayor variedad de productos durante más tiempo. En él durante las épocas de más calor podemos encontrar tomates cherry, y ahora que empieza el frío combinan el cultivo de guisantes en las partes de más altura del invernadero con espinacas o lechugas en las partes de menor altura para aprovechar al máximo el espacio.
Hablando con Sergio y Jorge sobre los diferentes cultivos que podemos encontrar ahora en su huerta, descubrimos algo que muchos ya sabíamos: el cambio climático hace difícil saber cuándo plantar. Este año está siendo raro para ellos a la hora de saber qué cultivar, y han tenido que ir modificando sus planes. Por ejemplo, las coliflores están empezando a estar listas para su recogida ahora, cuando tendrían que haber estado hace quince días. Esta modificación en los tiempos es consecuencia de los cambios bruscos de temperatura que producen estrés vegetativo a las plantas, que no saben en qué momento están y si deben dedicar su energía al crecimiento de las hojas o de las raíces.
Adentrándonos un poco más en el manejo de la huerta nos detenemos en el sistema de riego. Como su objetivo es ser lo más eficientes posible y no desperdiciar agua, la huerta se riega por medio de un sistema de riego por goteo conectado al canal de riego; lo bueno es que al estar junto al río y gracias a las lluvias recientes, el suelo tiene suficiente agua y este no está siendo necesario. El riego por goteo les diferencia del resto de cultivos de la zona que siguen utilizando riego por inundación, donde no solo se pierde el 80% del agua utilizada, sino que también la pérdida de nutrientes y suelo al ser arrastrados por el agua, además de la desaparición de las lombrices, símbolo de un suelo sano.
Siguiendo con el manejo de la huerta pasamos a conocer más sobre los métodos que utilizan para evitar las plagas. Así, para evitar una plaga muy común como es el gusano de la col utilizan una bacteria llamada Bacillus thuringiensis, que se come a este insecto; en cambio para evitar los hongos preparan té de ajo.
Otra de las partes importantes es el abonado de la huerta. Sergio nos llevó por los diferentes pasos del compostaje y aprendimos el funcionamiento de la vermicompostera con la que, gracias a la acción de las lombrices, producen un abono líquido que aplican en el riego por goteo para que los nutrientes lleguen por igual a todas las plantas.
Por último, y antes de pasar a degustar alguno de sus productos, avanzamos hasta llegar a lo que queda de la huerta de verano, en la que pudimos ver los últimos pimientos esperando a ser recogidos, tomates o alguna berenjena blanca, así como los restos de melones, sandías o calabacines blancos que alguno de los participantes se aventuraron a recoger. Entre los diferentes cultivos pudimos oler las aromáticas que fueron plantadas para atraer a los polinizadores.
Terminamos la ruta disfrutando al sol de un plato de patatas revolconas con torreznos y pimientos fritos riquísimas que nos habían preparado y que pudimos degustar junto a otros productos de Titulcia: pan de la panadería del pueblo, vino blanco y tinto de Bodegas Viña Bayona y aceite de oliva virgen extra ecológico de La Aceitera de la Abuela. Y para compartir tan ricos productos con nuestras familias aprovechamos para comprar verduras y hortalizas cosechadas por Jorge y Sergio: patatas, cebollas, calabazas, lechugas, pimientos, acelgas y espinacas.
En la huerta ya tenían preparados los plantones de colinabo, puerro, repollo, guisantes, lechugas, etc., así que esta temporada promete ser de lo más variada y apetitosa.
Os invitamos a conocer este bonito proyecto agroecológico visitando su web https://masquetierra.es/, donde además podréis informaros de las diferentes maneras en las que se pueden adquirir sus productos, ya que apuestan por los canales cortos de comercialización como la venta directa y los grupos de consumo.
El proyecto En Madrid, cada plato es un paisaje es una iniciativa de la Fundación Vida Sostenible con el apoyo de la Fundación Montemadrid y CaixaBank #ConvocatoriaMADS.
Carlota López Fernández
Fotografías: Josefa Calzado, Elena Carrillo y Fundación Vida Sostenible.
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