Este pasado 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación, iniciamos las rutas agroturísticas de este otoño en el municipio de Torremocha de Jarama en la Sierra Norte de Madrid, en la CSA Vega de Jarama, un proyecto agroecológico muy interesante, tanto por cómo producen alimentos y esta producción se relaciona con su entorno, como por la parte social. Una acción con la que también nos sumamos a las Jornadas Anuales de Fincas Visitables en la Comunidad Madrid “¡Un fin de semana para descubrir, todo un año para volver!” organizadas por el Observatorio para una Cultura del Territorio.
Empezamos la ruta conociendo el paisaje en el que nos encontramos y la historia que hay detrás. Sobre el Pontón de Casaquemada nos adentramos en la historia del Canal de Cabarrús –una antigua vía de agua que partía de una acequia medieval. Este fue construido por el conde Cabarrús en la segunda mitad del siglo XVIII, con el objetivo no solo de poder regar los cultivos, sino también que fuera navegable, aunque esto último nunca pudo ser posible. Tomaba el agua del río Lozoya a la altura del Pontón de la Oliva y, tras 13 kilómetros, llegaba a Torrelaguna.
Aunque estuvo en funcionamiento poco tiempo –las infraestructuras pertenecen en la actualidad al Canal de Isabel II–, entre las estepas cerealistas de la Vega del Jarama se reparten puentes, acequias, casas de guardia, casa de oficios… que surgieron alrededor de este canal.
El paisaje en esta zona está muy marcado por la presencia del río Jarama, así como por la que era la principal actividad de la zona, la agricultura. Así, donde ahora abundan los cereales, antes se cultivaban productos hortícolas, principalmente la judía verde, producto estrella de la zona que se vendía en el mercado madrileño de Maravillas, según cuentan los mayores del lugar.
Tras una parada en el acueducto de la Cerrada –infraestructura que nos señala el tramo en funcionamiento actual del canal y que coincide con la antigua acequia medieval–, y siguiendo el arroyo de Patones hacia su unión con el Jarama, llegamos a nuestro destino: la CSA Vega de Jarama.
¿Pero qué es una CSA? Estas siglas significan “comunidad que soporta la agricultura”. Es decir, un grupo de personas preocupadas por su alimentación y el entorno que les rodea. Como bien nos explicó Luis, el objetivo de esta asociación es provocar cambios sociales a través de la alimentación, creando espacios colectivos y trabajo digno, además de producir alimentos sanos, de calidad y asequibles.
La CSA nace en 2015 con el apoyo de veinte familias que aportan capital para empezar el proyecto. Gracias al trabajo de regeneración del suelo que han llevado a cabo, ahora cuentan con una superficie de 3 ha que recorrimos de la mano de Luis y otros dos integrantes de la CSA a los que encontramos haciendo algunas tareas.
En el huerto de otoño encontramos puerros –que este año han sufrido mucho por las altas temperaturas del verano– y otras hortalizas y verduras como el bok choy o pak choi, una variedad de col china. En el huerto de invierno ya crecen buenas coles, lombardas, kales o berzas, que se han adelantado por las altas temperaturas de septiembre y octubre.
Como bien nos señaló Luis estos cambios en las temperaturas han afectado a los cultivos, y deben variar las épocas tradicionales de plantación y siembra para intentar adaptarse a las condiciones más cambiantes. Además también ha afectado a los horarios de trabajo, porque, con las temperaturas de este verano, si se pasaban a tierra los plantones por la mañana acababan quemados a lo largo del día, por lo que han tenido que hacer esta labor por la tarde cuando aflojaba el calor.
Entre la huerta Luis nos enseñó un espacio que llaman “el bosquecillo”, que refleja muy bien la filosofía de la CSA: un lugar para compartir, hablar y apreciar el entorno. Rodeados de chopos los tres integrantes de la CSA nos explicaron más detenidamente el funcionamiento de su asociación, que se organiza en diferentes comisiones (económica, comunicación, administración, cuidados, cestas, etc.), donde cada asociado o asociada participa de manera voluntaria en el área donde haga falta o mejor se desenvuelva. El trabajo en la huerta está apoyado por tres agricultores contratados, cumpliendo uno de los objetivos del proyecto: la creación de empleo de calidad y digno.
Como con cualquier proyecto agroecológico el medio ambiente es una parte fundamental. Esto lo podemos ver en acciones que han llevado a cabo como la utilización de la agricultura regenerativa para poder aumentar la calidad del suelo –el cual solo tiene 20 cm de espesor y cuenta con muchos cantos que dificultan el cultivo de tubérculos como las zanahorias o patatas, que crecen deformadas o muy pequeñas– o la utilización de biofertilizantes como el Bocashi –un abono orgánico que se obtiene de la descomposición de residuos vegetales y animales–, que Luis nos contó cómo elaboran en la propia huerta.
Además colaboran junto con el IMIDRA para potenciar la biodiversidad con proyectos como el Proyecto Simbiosis, por el que han plantado zonas con flores con el único fin de atraer a polinizadores.
También ayudan en la gestión de los residuos orgánicos de la zona al tener un acuerdo con el Ayuntamiento y la Mancomunidad, que les permite producir compost. Este proceso se realiza sobre una base de hormigón para evitar que los lixiviados contaminen el suelo.
Continuamos la ruta paseando por entre los gallineros, que al ser móviles les permiten rotar su posición, lo que les ayuda en la tarea de regenerar el suelo. Aunque ahora están desocupados, están desarrollando ideas para poder combinar de manera segura la cría de gallinas y la huerta.
Tras la visita al invernadero –donde pudimos saber más sobre el trabajo de investigación de semilleros que lleva a cabo uno de los agricultores contratados– nuestra ruta llega a su fin, no sin antes intercambiar algunas ideas sobre la importancia de estos proyectos y cómo podemos crear comunidad a través de lo que comemos.
¡Muchas gracias a la CSA Vega de Jarama y especialmente a Luis por permitirnos conocer más de cerca este bonito proyecto!
Si quieres formar parte de de la CSA Vega de Jarama y recibir cestas con productos frescos de la huerta, no dudes en escribir al correo: info@csavegadejarama.org
El proyecto En Madrid, cada plato es un paisaje es una iniciativa de Fundación Vida Sostenible con el apoyo de la Convocatoria de Medioambiente y Desarrollo Sostenible #ConvocatoriaMADS.
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